lunes, 23 de agosto de 2010

El lugar donde termina toda enemistad.

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A todos mis hermanos en el cuerpo de Cristo,
Los amo, dejémonos amar por el Señor.

El lugar donde termina toda enemistad.

Mi alma esta triste, sin consuelo,
Clamo a ti, Dios del cielo,
En el nombre de Jesús, escúchame Señor,
Mi oración, mi clamor.

¿Por qué llora mi hermano?
¿Por qué su causa se esconde de la Verdad?
Si el perdón y el amor, debería reinar en nuestro corazón,
Pero el dedo acusador, incesante habla en la reunión.


Mi dolor es por los dos, y aun por tres,
Por el que llora sin encontrar explicación,
Por el que acusa, sin mostrar perdón,
Por el cuerpo del Señor, que sufre por nuestra acción.

Llévanos Señor, donde el perdón y la misericordia se encuentran,
Donde la sangre, el pecado y la luz coinciden,
Llévanos a la puerta del cielo,
A la cruz de nuestro salvador, Jesús, el Señor.

Y haz que tu amor, resplandezca en nuestras vidas,
Que el perdón llene nuestros corazones,
Que el amor entre hermanos, sea mayor que todo argumento,
Donde el cuerpo de Cristo resplandece en poder,
En gloria, en autoridad, donde solo el amor inunda,
Donde cada unión entre los miembros es un oasis de amor,
Y el menor es levantado por el mayor,
Y el mayor es siervo de todos,
A ese lugar donde el cielo se une con la humanidad,
Donde mi corazón por primera vez clamo LIBERTAD,
A ese precioso lugar, que es Cristo, donde termina toda enemistad.

Henry Padilla Londoño

2 comentarios:

  1. Que bellos versos! llenos de unción y amor de Dios del gran "Yo soy" Gracias Hermano por compartir su inspiración que nos recuerda de Nuestro amado Señor Jesucristo. Sus palabras son como un balsamo en estos momentos de ataques. Bendiciones !

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  2. Gracias hermano Victor por tus comentarios. Bendiciones.

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