martes, 22 de marzo de 2011

Solo quería decirte gracias.

SoloGracias

Gracias amado amigo, por tu consuelo, por tu cuidado,
Eres precioso y bueno en todo, Santo Espíritu,
Cuando tu llegaste solo había oscuridad, muerte, frialdad,
Pero tu trajiste la luz, la vida, tu calor.

Pienso en ti amado amigo, como nos has ayudado,
Ayudaste hace dos mil años a Pedro a Juan, mis hermanos,
Los sacaste de la oscuridad, cuando el Señor se había ido,
Tú viniste a consolar, y llenaste nuestros corazones de consuelo y paz.

Gracias querido amigo, que habría sido de mí sin ti,
Seguiría en mi ignorancia, en mi vanagloria, en mi maldad.
Cuanta paciencia haz tenido conmigo, cuanta sabiduría.
Cuando nadie pensaba nada bueno de mí, tú creíste en mí.

¡Cuánto amor!, realmente más que mi madre y mi padre me has amado,
¡Cuánto cuidado!, con él que te desprecio, y te fallo,
Pero tú me llevaste a Cristo, me mostraste la salvación.
Amigo… amado amigo, hasta aquí me has traído, gracias.

Si no te conociera desfallecería, que sería de mí,
Mi seguridad eres tú, sé que me llevaras de continuó a la cruz,
Me levantaras en la resurrección y con amor sacaras lo mío,
Dejando solo lo precioso del Señor, solo lo tuyo, Señor.

Y un día, cuando el aliento me falte, me tomaras de la mano,
Y juntos andaremos el valle de sombra y muerte,
Y me llevaras a su presencia, delante de nuestro Señor.
Y para siempre estarás conmigo, amado amigo, buen amigo.

Amigo… solo quería decirte gracias.

Henry Padilla Londoño

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