martes, 5 de abril de 2011

Una vida con propósito

UnaVidaConProposito

Fue solo un instante, un destello, un momento casi inapreciable,
Viaje en tu pensamiento, vive en ti.
Fue excitante ver esa multitud de colores, de formas, de sombras, de luces.
Mientras mi existencia corría rápidamente a su fin.
Cuando empecé no tenía fuerza, casi no podía tenerme por mi mismo,
Pero poco a poco me fui fortaleciendo, extendiéndome.
Mi adolescencia la pase entre miles de amigos, cada uno tenía su propio ser,
Y yo era diferente a todos, todos eran diferentes.
Sentíamos que íbamos a hacer una diferencia,
Que algo especial tenía el futuro para nosotros.
Nos fortalecíamos el uno al otro, jugábamos, crecíamos, nos descubríamos.
Que hermosa época, hermosos recuerdos, solo momentos.
Y poco a poco cada uno fue tomando su propio rumbo,
Había un destino, un plan para cada uno, pero no todos lo logramos.
Entonces aprendí del fracaso, de la pereza, del desánimo,
Pero también del valor, de la diligencia, del intentar una y otra vez.
Y unos se fueron quedando, sumidos en el letargo,
En caminos infructuosos, y su fuerza se apagó,
Entonces conocí la muerte, la vi llevarse a muchos de mis amigos.
Se desvanecían en la nada, como una llama que se apaga.

Y la vi de lejos, me pareció que resplandecía.
Creí que me miraba, solo a mí.
Pero pronto me di cuenta que muchos pensábamos igual.
Intente llegar a ella, llamar su atención,
Mi corazón se inflamo de amor, la amaba, pero... ¿cómo podría decirle?
No sabía ni su nombre, la veía constantemente, y ya había llegado mi hora.
Sabía que si iba a cumplir mi plan, el plan que mi creador había destinado para mí,
Tenía que hacerlo ahora, o terminaría por morir, como tantos otros.
Tendría que marcharme, ¿adonde? No lo sé, pero ya no podía esperar.
¿Y ella?, mi hermosa princesa, nunca sabría de mí,
Yo me iba y nunca volvería, tome fuerzas en mi interior,

Hola, soy feliz solo con verte, pero si me dieras una sonrisa alegrarías mi vida,
Si me dijeras tu nombre, lo esculpiría en mi corazón,
Y si me llegaras a amar, mi corazón pondría en tus manos, te entregaría mi vida.

Entonces me sonrió, y su hermosa luz me inundo.
Y dijo:

Me llamo Fe.

Que hermoso nombre tienes, hermosa princesa de mi corazón.
Yo ya estoy rendido, rendido a tu amor.
Sé que mi destino tenía que tomar, llegar a cumplir el plan.
Pero seguiré a mi corazón, me entregaré al amor.
Todo lo dejare por ti, si he de cumplir un plan será a tu lado.
Recuerdo que tomo mi cara entre sus manos.
Me miro con eterna dulzura y amor.
Y me dio un beso, fue lo último que sentí.
Entonces escuche una voz clara y nítida:
"La fe que obra por el amor"
Viví una larga vida, en el alma de mi señor,
Creo que fueron 2 segundos,
Pero mis frutos serán recogidos por muchos años.
Solo hay una forma de vivir, solo una forma de morir.
Vivir para amar y morir para vivir.

Henry Padilla Londoño

No hay comentarios.:

Publicar un comentario