sábado, 21 de mayo de 2011

El rescate


El viento me llevo por un camino nuevo, uno que no había andado antes,
Podía ver la armonía que parecía emitir su sinfonía en perfección,
Mis huellas se marcaban entre las hojas tiradas, que luego eran arrastradas por el viento,
Llevando mis huellas, dejando ver los últimos rayos de sol,
Como si me quisiera decir algo, no quería ver lo que yo vería.

Vi una multitud de niños, cantando y danzando a la luz del sol,
Parecían jugar, reír, bailar. Hasta que una sombra los envolvió.
La sombra puso cadenas en ellos y fueron llevados esclavos.
Llorando miraban a su alrededor, muchos los veían, contemplaban de lejos.

La sombra se movía en medio de muchos, les hablaba al oído,
Y ayudaban a vender a los niños, clavaban una punta en su interior.
Hasta que los niños perdían toda luz, en sus miradas quedaba un vacío,
Una mirada seca y oscura, eran muertos que andaban.

¿Cómo podemos ayudar? Fue el grito de mi corazón.
Estaba de rodillas, orando a mi Señor, el dolor parecía rodearme,
¿Cómo detener esto que pasa en todas partes?
Y la paz del Señor me rodeo, sabía que Él estaba ahí.

Si mi pueblo busca mi rostro y clama a mí de verdad,
Si mis hijos se levantan en adoración y en clamor,
Mi Palabra correrá, mi Palabra llegara a los últimos rincones de la tierra.
Y levantare de entre estos niños para siervos y siervas.

Y vi que la sombra se intentaba esconder, y corría por las ciudades,
Se escondía entre políticos, entre profesores, entre hombres llamados sacerdotes.
Y alcanzaba la mente de los poderosos, los seducía, les brindaba placeres.
Y de sus bocas salían moscas, que iban por todas partes, entrando en las casas.

¿Cómo podemos luchar contra la sombra? Esta por todas partes, fue mi clamor.
Solo la cruz vence la sombra, llevad el evangelio a toda criatura,
Solo el evangelio tiene poder de vencer la sombra.

Y vi los niños de nuevo, ahora jugaban y bailaban,
Todos alzaban sus manos, en armonía perfecta,
Y llevaban un libro en sus manos, era la Palabra de Dios,
Y adoraban al Señor que los rescato, que los libro de la sombra.

Y yo me vi caminando de nuevo por ese camino,
Ahora llevaba gozo en mi corazón, sabía que todo estaría bien.
Y si a ti llega esta canción, es porque tú también eres parte de la solución.

Amen.

Henry Padilla Londoño

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