lunes, 14 de febrero de 2011

Dedicado a ti, mi hijo amado

Mi sangre era vertida sobre el madero, mi aliento me faltaba,
Mi pecho se inflamaba de dolor, me dolía al respirar,
Sentía mi corazón explotar,
La sangre que corría por mi rostro, se pegaba a mi piel, a mis ojos,
Veía las sombras allá abajo, que me miraban,
Como esperando que yo bajara.

Y bien que podría hacerlo, pero si lo hiciera te perdería para siempre,
Quería gritar, pero solo gemidos salían de mí,
Mi lengua se pegaba a mi paladar,
Sabía que solo quedaban unos momentos, unos minutos más,
Y te habré rescatado, para siempre te habré llevado conmigo.

Ya nadie podrá arrebatarte de mi mano,
te llevare juntico aquí, en mi corazón,
Por ti, por ti todo lo sufro, todo lo soporto,
Y hasta la muerte descenderé,
Y desde allí me levantare, y te levantare conmigo,
Te llevare al cielo, donde mereces estar,
Porque eres mi amor, Yo doy mi vida por ti.

Tengo sed, ya todo está cumplido,
Pero me siento solo, solo como nunca lo he estado,
¿Por qué me has abandonado?, vine por ellos,
Los que amamos, lo que se había perdido,
Me duele mi corazón, y ahora soy pecado,
El pecado de ellos es sobre mí,
Soy hecho pecado, no hay otra forma, tengo que morir.

Consumado es, Padre en tus manos encomiendo mi espíritu.
Me atacan por todas partes, me hieren y se burlan, me gritan:
Lo vencimos, ha muerto en pecado,
En pecado de Henry, de Juan, de Claudia,
Ya nunca podrá salir de aquí, hemos vencido,
Hemos vencido al Santo de Dios.

Pero yo sé que tu mano me alcanzara aún en el abismo,
Aunque ande en valle de sombra y muerte no temeré mal alguno,
Aun las tinieblas no encubren de ti,
Lo mismo te son las tinieblas que la luz,
Desde el Seol clame a ti, mi Dios, y voz oíste.

Yo los sacaré, a Henry, Juan, Claudia, a todos,
Los llevare conmigo, porque yo morí por todos,
Y ahora me levantare por todos, para todo aquel que crea,
Por amor, el amor me guio aún en el abismo,
Y resplandeció delante de mí.


Aquí están Padre, los que se habían perdido, los he traído conmigo.
Por un instante te deje, pero con amor eterno te recogeré,
Y para siempre estarás conmigo,
Siéntate a mi diestra hasta que ponga a todos tus enemigos por estrado de tus pies.
Y toma todo poder, y toda autoridad.
La he tomado mi Dios, y a ellos la he dado,
Para que donde yo estoy, ellos también estén,
Y como me has amado, yo los amo.

Mira amado Hijo, el fruto de tu padecimiento,
Has traído la novia, lista para la fiesta,
Y las bodas se celebraran, y todo será nuevo,
Porque tu vida diste, ahora veras gran fruto,
Vendrán a ti a adorarte.
Yo los recogeré pronto, un poquito más, y vengo.

Ven, tú, que lees esto, ven a mí,
Cree en mi Hijo, que murió por ti,
Por tus pecados, ven, recibe el perdón de pecados,
Y la nueva vida que me hijo comparte.

Porque a ti espero y anhelo,
Por eso he detenido el tiempo, porque te amo,
Ven, mi pequeño(a), ya no esperes más, ven a mí.
Tu Padre que te ama, Dios.

Henry Padilla Londoño

Formato PDF

No hay comentarios.:

Publicar un comentario