martes, 21 de diciembre de 2010

La Navidad

Los copos de nieve caen lentamente, formando figuras para el ojo curioso,
La hermosura del paisaje se deshace, entre los gritos y risas de los niños,
Que corren y se tiran en la nieve, ya solo falta unos días,
Unos días para Navidad, un tiempo especial, una noche diferente a todas.

Mientras miro a mí alrededor, recuerdo mi infancia, tan diferente,
Como una manada desbocada por una loma, íbamos sin control,
Sin saber para dónde, ni cómo, solo íbamos, haciendo lo que todos hacían,
Cada vez más rápido, cada vez más descontrolados, a un abismo profundo.

Recuerdo que solo me importaba pasarlo bien, tomar licor, buscar un buen baile,
Todo sería perfecto si consiguiera una linda chica, con quien pasar esa noche,
Esa noche era para "disfrutar", ese era el sentido,
Y al otro día, que importaba donde amanecía, era mejor así,
Así era más respetado entre mis amigos, "ese si es un hombre" decían,
Y yo orgulloso sonreía, disimulando mi mareo, mi malestar.

Cada año igual, cada vez peor, cada año tenía que buscar algo más fuerte,
Así adquiría más experiencia, y me hundía en mi propio vómito,
En el estiércol de mi pecado, y arrastraba a todo el que me escuchaba,
Llevando y dejándome llevar, a un abismo profundo, lleno de pudrición, de dolor.

Qué curioso que piense ahora en eso, preciso para navidad,
Porque es la navidad, la que me hizo pensar, no en una fecha así, no recuerdo cuando,
Pero fue cuando nació el Salvador en mi corazón, el día de mi primer navidad real,
Ese día pude ver más claro, ese día me vi a mí mismo y me aborrecí.

Cuánto daño había hecho, cuanto dolor había causado,
Mis ojos empezaban a ser abiertos, solo veía sombras, y ya veía mi miseria,
Pero también vi una hermosa luz, una luz maravillosa,
Me rodeo, penetro en mis entrañas, me inundo, y ame por primera vez.

Mis ojos eran ríos de llanto, de arrepentimiento, de alegría,
Sabía que ahora vivía, pero también veía la muerte que había dejado atrás.
Tu mano me levanto, y me llamaste por mi nombre,
Entonces supe que para siempre te amaría, y nací de nuevo.

Navidad, hermoso tiempo, para todo el que conoce al Señor,
Porque eso celebramos, a Cristo que habita en nuestro corazón,
Cristo vivo, que murió y resucito, por mí y por todos,
Esa es la Navidad, esa es la Verdad.

Y descubrí una lágrima que rodaba por mi mejilla, una lágrima de agradecimiento,
Gracias Señor, por darme a conocer la Navidad, por grabar en mí tu nombre,
Por venir a rescatar a todos los pecadores, de entre ellos yo era el peor.
Gracias por no dejarme, por tu paciencia que me espero.
Gracias por perdonarme, y por restaurar a todos los que un día yo dañe,
Pero con tu amor, los llevaras a esa luz maravillosa, la misma que yo vi,
Y en ella dirán a una, Te amo Salvador, gracias por amarme, Rey y Señor.

Y vi un hombre que llevaba sus botellas de licor, y gritaba a su amigo,
"Vamos a alegrarnos, a celebrar la navidad"
Entonces los mire y les dije:
"La Navidad no está fuera, Cristo es la Navidad,
Recíbelo en tu corazón y conocerás la verdadera Navidad"
FELIZ NAVIDAD.

Henry Padilla Londoño

No hay comentarios.:

Publicar un comentario