sábado, 2 de octubre de 2010

La casa de lana.

lacasadelana
He visto en los ojos del niño,
En su mirada serena, en su sonrisa abierta,
La esperanza del mañana,
Sueños a que se aferra,
El anhelo de la mano paterna,
Del que se va y apenas conoce,
He visto en sus ojos un llanto,
Por el juguete no alcanzado,
Por el dolor de la soledad,
Por la amargura de ver y no alcanzar,
He visto en sus ojos un destello de amor,
La belleza de lo inesperado,
El cariño desinteresado,
He visto ángeles reflejados en sus pupilas.

He visto en los ojos del Padre,
Su mirada alejada, lejana y extranjera,
Que quiere huir de la situación,
He visto como cuerdas en su interior.
Preocupación y confusión, entereza y flaqueza,
Una lágrima encubierta,
Un dolor que no se expresa,
Soledad, has perdido el camino.

He visto en los ojos de la Madre,
En la que no tiene valor de decir lo que piensa,
Dolor y soledad, respeto y despecho,
El destino la ha tomado, y la lleva presa,
Y ella llorando se lamenta,
He visto inconformismo y aceptación,
Ante lo que piensa que no puede enfrentar,
Mi vida se me va, mi belleza.


Y mire en los ojos de mi amada,
Y vi un destello de Dios, un hermoso pensamiento,
Blanco como la lana, hermoso de verdad,
Y me escondí en esa hermosa casa,
Y en amores nos embriagamos,
Mi amada y yo, en la casa de lana.

Y allí me alcanzo el mundo, agitado y tormentoso,
Soplaba fuerte, quería entrar y despertar a mi amada,
Calla viento, enmudece, que mi amada duerme,
Yo he visto tu fracaso, por que tocas a mi puerta,
Yo no tengo pacto contigo.

Cuando ella río, el sol miro,
Vamos a nuestro Padre, me dijo,
Y volamos como pájaros, dejamos nuestra casa de lana,
Volamos al cielo, en las alas del viento,
Y el mar nos pregunto:
¿A dónde van los enamorados, que lugar han escogido?
A la casa del Rey vamos, al lugar perpetuo del amor.
Y la lluvia envidiosa, quiso mojar sus hermosos vestidos,
Cálmate agua de los tiempos, no te dejamos, solo nos elevamos,
Y el sol radiante de emoción, alzo su elocuente voz,
¿Quien les alumbrara ahora, quien tendrá ese honor?
EL Rey de Reyes, él es nuestra luz.

Y lo último que vimos, fue al niño, al Padre y a la Madre,
Que nos miraban aterrados, asustados,
Se preguntaban como podíamos hacer esto.
No podían entender que ellos un día,
Si quieren, también harán este hermoso vuelo.

Henry Padilla Londoño

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