lunes, 25 de octubre de 2010

Un sitio para dos

UnSitioParaDos
EL viento sopla furioso en las calles de mundo,
Los rostros distantes, tristes y pálidos, son testigos mudos, en silencio,
El hambre llena cada rincón, la desesperación,
Tu vida se ha ido en un amargo intento.
Tus ojos miran, cansados, la misma escena,
Lo has visto por mucho tiempo, parece que ya no hay esperanza.
Una lágrima, en la soledad, da testimonio de tu sentir,
Solo, muy solo, ¿Dónde quedaron esos lindos momentos?

Corres, entre tus dones, no sabes que escoger,
Todo es hermoso, ¿Qué escogeré?, porque todo me gusta.
Tus ojos brillantes y llenos de vida, eres toda vitalidad,
La vida te sonríe, y todo está delante de ti
Soy privilegiado, escogido para algo importante,
Sí, eso creeré, así me lo confirman, todos los que me rodean.
Tu sonrisa es como un resplandor, que alumbra todo el sitio a tu alrededor.
Y mientras corres por las calles, ves esos rostros en la calle,
Esos..., sentados en la calle, mirando a la nada.

¿Por qué no buscarán trabajo?, vagos, deberían llevárselos presos.
Tarde ves el brillo del cuchillo, que rompe tu preciado saco,
Y entra en ti, sacándote la vida, gota a gota.
No lo puedes entender, ¿Por qué viniste hoy aquí?
Y tirado en el piso, ves caer a tu asesino, a tu lado, sangrando,
Herido por la bala de la justicia.
La vida se escapa, la muerte los ha envuelto en su manto,
¿Por qué?, ¿Ya era hora?, ¿Quién dijo qué?

La oscuridad absoluta los envuelve, y abres tus ojos,
Buscando tú gloria, y vez la brasa que te abrasa,
Tormento, dolor, ¿Qué estoy haciendo aquí?
Ese…, ese si debe estar aquí, piensas en odio,
Mirando a tu asesino, a tu lado, en el mismo sitio.
¿Y qué?, ¿Dónde dejaste tus perfumes?, ¿A dónde se fue tu parecer?
Se burla el otro, gritando en tormentos también.

Pero ambos enmudecen por un instante,
Al ver a lo lejos el bello paraíso, frescura, paz.
Yo debería estar ahí, grita el pudiente, ese debe ser mi sitio,
Yo debería estar ahí, grita el asesino, nada recibí, siempre he perdido,
Pero el dolor del tormento es inmenso,
Y una voz grita desde el paraíso:
“No vienes aquí por bienes, o por falta de ellos,
Sino que un camino hay, solo uno,
A todos a sido predicado, Cristo es el camino.
No hay otra puerta, no hay otro camino.”

Permítenos volver, y entonces creeremos,
Permítenos volver, y lo haremos.
“Una oportunidad tiene el hombre, y después el juicio,
El que no cree a la Palabra, ha sido ya juzgado.”


Henry Padilla Londoño

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