miércoles, 30 de junio de 2010

La vida de mi hermano.

LaVidaDeMiHermano
Me duele tu tristeza, tu dolor, tu hambre,
Verte vagando y buscando tu diario vivir,
Tu mirada herida, dura y altiva,
Tus palabras que hablan solo de sobrevivir.

He visto tu andar, y me duele el corazón,
Verte andar entre las drogas, entre el dolor,
Entre la prostitución, entre las noches cortas con los muchos,
y los días largos sola encerrada,
Entre el robo, la muerte y el dolor.

Te he visto y me ha dolido el corazón,
Yo estoy en la comodidad de mi habitación,
Mirando de lejos, mirando tu triste condición.
Me duele mi alma, al verte mi hermana, mi hermano,
A donde la muerte, el engaño y el pecado,
Te han tirado, te han destrozado, sin compasión.

Pero el que me mostró tu condición,
Me dijo escribe, tira tu pan a las muchas aguas,
Que después de muchos días volverá a ti,
Y yo te escribo mis palabras, diciéndote,
Que te amo, que no estás solo, yo siento por ti,
Yo oro por ti, el Señor te sacara de allí,
Porque bueno es Él, que te ama, ¡oh! como te ama el Señor.

Oh si me escucharas, si oyeras hoy mi voz,
Déjate ayudar del Rey de Reyes, del buen pastor,
Su nombre es Jesús, el Cristo, el Señor,
Yo solo soy el mensajero, Él es el Señor,
Me saco a mí, como a ti también lo hará,
Si tan solo creyeras, cree, y lo veras,
Te librara de la muerte, te dará fuerzas para vencer.

Yo sé que has llorado, yo sé que has sufrido,
Pero es hora de dejar eso atrás, solo tienes que venir a él,
A Jesús, dile que te ayude, clama a Jesús,
No te arrepentirás.

¿Cómo? Gritas en tu interior,
Como, si he hecho lo impensable,
Si he dañado al inocente, si he hecho lo indecible,
Solo por amor, es esa la única razón,
Él te ama, y te quiere perdonar,
Atrévete a venir a Jesús,
Pide perdón, escúchame, escúchame,
El cielo está al alcance de tu mano,
Solo clama a Jesús, el Cristo, pide perdón.

He visto calles hermosas, llenas de luz,
He visto la carita del niño enfermo, radiante, sano,
He visto al que tenía hambre, compartir el pan,
Al que cojeaba de dolor, ayudar con su correr,
He visto al huérfano, besar y abrazar a sus padres,
Al que moría en la droga, dar clases de templanza,
He visto mi vida, salir de la plena oscuridad,
A su maravillosa luz,
Y te vi a ti, que lees mi mensaje, llorar de amor,
Alegrarse conmigo, orar por el afligido,
Vi a muchos hermanos, clamar por el que no tiene fuerzas,
Y a todos nos unía el mismo espíritu,
El Espíritu del Señor,
Y en medio de todos, estaba Él,
Precioso Señor, mirándonos con amor,
Preciosos hijos, dijo,
Clamen por el abatido, oren por el que no ve consuelo,
Levanten al caído, compartan el pan con el hambriento,
En esto conocerán todos que son mis discípulos,
En que os amáis, los unos a los otros.

Esto es para ti, para el que tiene oídos y oye.
Amén.

Henry Padilla Londoño

lunes, 28 de junio de 2010

La sombra de la cruz

lasombradelacruz
Quien pudiera entenderme, este mundo parece una cárcel,
Quiero vivir, quiero amar, quiero conocer, quiero hacer muchas cosas,
Quiero tener dinero, vivir plenamente, soy joven déjenme,
Pero me enfrentan y atormentan, solo me dicen lo que yo debo hacer.

Dentro de mí, clamo por amor, por atención,
Pero no como tú me la das, no me digas lo que yo tengo que hacer,
Porque yo viviere mi vida y no tú,
Pero ámame como soy, y déjame ser.

Tu confusión hijo, no es muy diferente de la nuestra,
Tú eres nuestra esperanza, nuestro mayor tesoro,
Pero sentimos que te perdemos, que te alejas y nos da miedo,
Miedo de perderte, miedo a verte fracasar, miedo…. Mucho miedo.

Hemos orado por ti, como te queremos,
Pero vemos que nuestras palabras te apartan, te alejan,
Solo queremos decirte que te amamos, que queremos ayudar,
Perdónanos, nunca pudimos encontrar un libro que dijera como ser papa.

Y la sombra de la cruz se extendió sobre la familia,
La cruz trajo la paz, la paz de Jesús, como solo él la puede dar,
Y el espíritu empezó a obrar, en los hijos, en los padres,
Los trajo a los pies de Jesús.

La roca dura e hiriente, fue cambiada por un suave silencio, dulce y apacible,
La mirada opresora y llena de odio, por un llanto de perdón indecible,
Y las palabras cargadas de autoestima, se las llevo el viento del amor,
Y la familia se vio, feliz, unida orando al Señor.

Y yo escuche tu dulce voz:
Escribe lo que has visto y oído, háblalo a los cuartos vientos,
Porque llevaré mi mensaje a muchos, a los que anhelan mi consejo,
Solo con el Espíritu del Señor, hay verdadero consejo,
Solo en Cristo hay verdadero perdón.

No ahuyentes a tu hijo, queriendo vivir la vida de él,
No hieras a tu Madre a tu Padre,
Vivan, vivan felices en Jesús, Jesús ya murió,
Y pago por todo, tráiganlo todo a la cruz,
Este es el verdadero remedio, la verdadera salud,
Cristo Jesús, muerto y resucitado,
Es la solución que estabas clamando,
Y si escuchas mi consejo, YO mismo, en medio de ustedes estaré,
Y traeré unión, bálsamo de amor,
Bendición sobre tu familia, sobre tus hijos, y los hijos de tus hijos,
Sobre todos, hasta la mil generación, porque yo te quiero bendecir,
Mis pensamientos son buenos, de bendición.
Cristo, Cristo es la solución.

Amen.

Henry Padilla Londoño

viernes, 25 de junio de 2010

Preciosa paloma del cielo.

PalomadelCielo
No sé hacer nada, ¿Qué podría hacer yo?
No sé hablar, no sé cantar, me da vergüenza todo,
Sí, yo amo al Señor, lo amo con todo mi corazón,
Pero nada más, los hermanos lideres, ellos son los que Dios escogió.
 
Mientras caminas a casa, sola y triste,
Eres seguida por el temor, que se esconde y agazapa,
Se deja ver en ocasiones, pero sigue jugando contigo,
Como lo ha hecho por tantos años,
Mientras tú lo mimas con tus palabras,
Con tus hechos le das fuerza.
 
El temor se considera tu amigo, tu siempre lo defiendes,
Es tu escondedero, el que te entiende cuando nadie lo hace,
¡Yo no tengo TEMOR! Dices airadamente.
Tú no sabes, tú no has vivido lo que yo he vivido.
 
Jesús me entiende, yo sé que sí, dices aferrándote a tu Biblia,
Sí, dice Temor, Jesús nos entiende, déjennos solos.
Mira a tu lado, el temor piensa como tú,
Pero Jesús vino para que fueras libre.
 
El temor te ha dicho todo este tiempo,
Que tú no sirves, que mejor es alejarse, que ya no vale la pena,
Pero Jesús no espera que tú hagas nada nuevo,
Porque Él ya lo hizo todo por ti.
 
Alza tu rostro, perla del cielo, eres la más hermosa,
La que Dios considero digna, de enviar a Su Hijo por ti,
No escuches otras voces, escucha al Señor,
"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia"
 
No pienses más en que TÚ debes hacer, en que TÚ no tienes,
El Señor lo hace todo por ti, el Señor te da todas las cosas,
Eres el tesoro del cielo, que está por mostrar a todos, las verdades eternas,
Extiende tus alas y vuela, preciosa paloma de Dios,
Vuela sobre las alas de la fe,
Extiéndete a tu derecha y a tu izquierda,
Muéstrale al mundo las maravillas que Dios ha puesto en ti,
Vuela en el viento de la Palabra,
Déjate guiar por las corrientes de su Espíritu,
Vive, vive plenamente, preciosa paloma de Dios,
Que Cristo late con fuerza en tu corazón,
Deja atrás el temor, el YO NO PUEDO,
Deja lo tuyo, y recibe lo de Cristo,
El cielo entero está atento a que empieces tu vuelo,
¿A dónde llegaras? ¿Cuál será tu destino final?
Solo el altísimo es tu límite, el solo sabe tu destino,
Preciosa paloma del cielo.
 
Henry Padilla Londoño
 
 
 
 
 
 

miércoles, 23 de junio de 2010

Una segunda oportunidad...

UnaSegundaOportunidad
Ella corría con toda su fuerza, no se atrevía a mirar atrás,
Sentía como si los pasos la estaban alcanzando, corría desesperada,
Corría por su vida, de repente una luz la cegó,
Cayó al suelo, sin poder hacer nada, escuchaba como de lejos,
¡La tenemos, la tenemos!, alcanzo a oír lejos que decían.

Sintió un líquido viscoso que corría por su rostro,
Y recordó su infancia, su mama,
María, corre, vamos a llegar tarde a la Iglesia.
Pero mama… yo no quiero ir.

Nada de eso, muévete, no quiero llegar tarde,
Y que saca uno con escuchar de Dios, si Él está muerto.
No digas eso niña, él resucitó, él Vive,
Un día lo sabrás, o lo crees o te perderás.

Se está muriendo, no vale la pena, dijo la voz,
Mientras ella no podía mover su cuerpo, solo escuchaba y recordaba.
Mama… mama…. Repetía en su interior María,
Me muero... me muero…. Y no creí…. Me voy al infierno.

Muchacha, recordó el rostro de su madre,
El Señor es misericordioso,
Si le pides perdón te perdonara, solo tienes que hacerlo,
RECUÉRDALO… algún día lo necesitaras….

Jesús… Jesús… me muero…. Perdóname…
Que tonta fui, que necia, tengo miedo… me voy…
La luz inundó a María, ella perdió toda esperanza,
No alcance… no alcance…

María, María… aún no es tu hora….
Quiero que vuelvas, quiero que creas.
Señor, yo he sido tu enemiga, me he burlado,
He engañado a los que en ti creían.

Yo nunca creí, perdón….
Tu madre ha orado por ti, tu madre y tus hermanos.
Ve, les hablaras de mi misericordia, de mi amor.
Escucho María la voz, en medio de la Luz.

¿Quién eres Señor? Si me preguntan ¿Qué diré?
Yo Soy Jesús, el Señor,
Dile a todo el que quiera, que venga,
Y reciba gratis perdón, pero tienes que dejar de pecar,
No puedes seguir pecando.

Diles que ya morí por todos,
Para que fueran libres,
Háblales de la muerte,
No todos tendrán la misma oportunidad que tú,
Hoy es el día de Salvación para todos,
Esfuércense por entrar por la puerta angosta.

Diles que vengo en breve,
Que no desesperen,
Que estoy a las puertas.
Diles que los amo.

Y cuando despertó, se secó su sudor,
Era como si lo hubiera vivido,
¿Qué, fue solo un sueño?
O acaso, una segunda oportunidad,
Para María y para ti.

Henry Padilla Londoño

martes, 22 de junio de 2010

Un Salvavidas en el mar de oscuridad

Salvavidas
Tirado en el suelo, dejas caer tus lágrimas, tu dolor,
La suciedad, el descuido, hacen que todos pasen y se aparten,
Evitando tocarte, evitando mirarte,
El odio de tus ojos los asusta, tu contacto evitan,
Que ni se acerquen, ¡basura! Así piensas.

Otra hora más, otros minutos,
Todo va tan lentamente cuando tienes conciencia,
Solo esperando la muerte, la muerte, piensas, será tu fortuna.
Como dejado de Dios, como olvidado de Dios, así te sientes.

Ya no piensas en el pasado, ¡de qué sirve!
Estoy solo, y moriré solo, gritas en tu interior,
Aborreces pensar, recordar,
Eso fue otro hombre, otro y no yo, dices en tu interior.

Escúchame, esta es la voz que querías escuchar,
Te hablo en el nombre del Señor,
Porque Él me mando a hablarte,
Dios quiere ayudarte.

Él está ahí, a tu lado,
El Señor esta junto a ti, atrévete a creer,
De la oscuridad que estas te puede sacar,
Escúchame, yo estuve en la misma oscuridad.

Tienes que atreverte a creer, a venir a Él,
Pide Su ayuda, clama por Su ayuda,
Del sitio donde estas te puede sacar,
Y llevarte donde nunca jamás has soñado estar.

Él es Jesús, nuestro Salvador,
Jesús por ti murió, para que tú fueras libre,
Pero no basta con decir, tienes que atreverte a querer salir,
Salir de donde estas, y Él te ayudara.

La prisión en donde ahora estas,
Es a causa de tu pecado, y tú lo sabes,
Debes saber que Jesús ya pago por tus pecados,
El pago la deuda por ti, se libre, cree solamente.

Pero no puedes volver a tu pecado,
Déjalo atrás, SÍ, si es posible,
Solo atrévete a comenzar,
Te aseguro que Él te ayudara.

Vamos, tú eres valioso para Él,
Mira, mando a su Hijo por ti,
Envió Su Santo Espíritu para ayudarte,
Me mando escribir esto para ti,
Y está ahí a tu lado,
Esperando solamente que te atrevas a creer.

Vamos, ya muchos lo hemos logrado,
Tú también, eres especial,
No te dejes engañar,
Levántate y sigue a Jesús.

Amen.

Henry Padilla Londoño

domingo, 20 de junio de 2010

La presencia de Dios. parte 2

Salmo 23 #2
Salmo 23
“Restaurará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”

La completa paz que recibimos, de nuestra completa seguridad de saber, que el Señor está con nosotros, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. El Señor es mi pastor, debemos clamar con todo nuestro ser, no solo con nuestros labios, sino también con nuestros hechos, es un descanso hermanos, “un estar quietos y ved que yo soy Dios” Salmo 46:10, tenemos entonces claro, que este descanso, este estar quietos, no es no hacer nada, no es eso lo que la Palabra se refiere, es un confiar absoluto en el Señor, es hacer solo lo que él quiere que hagamos, es ser una oveja del rebaño del Señor. Esa Paz, ese descanso, es solo alcanzado en Cristo, en Cristo podemos descansar de todas nuestras obras, de lo que queríamos hacer, de los anhelos, en Cristo, tenemos ya todo, todo es nuestro, porque el Señor ya nos ha sido dado, estamos, mis hermanos, sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales (Efesios 2:6), y podemos dejar de hacer, para empezar a recibir todas las riquezas que “YA” nos han sido dadas en Cristo. Esos preciosos pastos, esa agua de reposo, mi hermano querido, mi amada hermana, no es otro que Cristo, Cristo es esa agua clara de reposo, donde podemos descansar y sentirnos tranquilos, Cristo es ese pasto nuevo, bueno, que nos alimenta, que nos ha hecho renacer, Cristo es todo en nosotros. Que hermoso como el Espíritu Santo, dirige a David, y lo inspira a escribir este Salmo, no solo en contenido, sino en orden, porque el Señor nos muestra como primero decimos, Señor tú eres mi pastor, luego tenemos la confianza de que nada nos faltara, entonces empezamos a vislumbrar esa paz, esa abundancia de nuevos pastos que es Cristo Jesús, y empezamos a dejarnos, a confiar por completo en el Autor de la Vida, en Cristo Jesús, y recibimos esa Paz, que solo el Señor nos puede dar, esto mis hermanos, ocurre primero en nuestro espíritu, y desde adentro, a través de nuestra fe en la Palabra es llevado al alma y a la mente, “Restaurando nuestra alma”. Bendito Señor, que nos trae a bendición, por amor de su nombre, esta restauración, que es, sino una cada vez más clara conciencia de la presencia de Dios en nuestras vidas, una seguridad de que estamos en Cristo, en Cristo nos movemos, en Cristo somos, en Cristo esta nuestra PAZ. Y es en estos momentos, y por primera vez en nuestra existencia, que empezamos a amar la Justicia, lo que antes entendíamos como justicia, ahora lo vemos como algo completamente equivocado, porque la justicia del hombre no puede agradar a Dios, porque cual es la Justicia de Dios, sino Cristo, Cristo ha sido hecho Justicia de Dios para nosotros, y en él se cumple toda justicia.
“me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.”
Gloria a Dios, no es nuestra justicia, lo que nosotros entendíamos como justicia, es la justicia de Dios, es Cristo, toda justicia fuera de Cristo es condenada por el Señor, porque para Dios, todas las cosas subsisten y existen en Cristo, Cristo lo abarca todo, por Cristo subsiste lo que vemos y lo que no vemos, lo que está en el cielo y lo que está en la tierra, y aun lo que está debajo de la tierra, todo es en Cristo y todo lo que no está en él, será juzgado y dejara de ser.

“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento.”
Si me has seguido hasta aquí, entonces ya veremos claro los siguientes versículos, porque si estoy en Cristo, si puedo decir, “El Señor es mi pastor”, y he llegado hasta el versículo tres, en donde sé que todo lo de Dios está en Cristo, Cristo es el principio y el final, no hay nada fuera de ÉL, entonces puedo claramente saber que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni potestades, ni ninguna cosa creada me pueden apartar del amor de Dios en Cristo Jesús.
Notemos hermanos, como hermosamente el Espíritu Santo dice en este versículo, “No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo;” ya nada puede moverme, porque tú estás conmigo, es la presencia de Dios, no solo en nuestras vidas, porque en este punto, nos damos cuenta hermanos, que ya no podemos decir, como decíamos antes, yo tengo a Dios en mi corazón, sino que decimos que Dios nos tiene a nosotros, que Cristo habita por fe en nuestros corazones, él habita, pero no lo tenemos, él nos tiene a nosotros, en él estamos, y en él nos movemos, decía que entonces sabemos que la presencia de Dios en nuestras vidas y en todo lo que hacemos, nos da esa seguridad, esa paz. Pero cuando estamos en esos momentos de prueba, cuando todo es oscuro, y no vemos mas allá que lo que alcanzan a ver nuestros ojos, el camino se hace difícil, las pruebas vienen, nuestra fe es probada, nuestra fidelidad, muchas veces vemos que no habíamos avanzado tanto como pensábamos, aun vemos cosas que se oponen directamente a la voluntad de Dios, que habían estado escondidas, o que nosotros habíamos tolerado en nuestras vidas, están ahí, y llega el desaliento, el dolor, es entonces que el enemigo aprovecha para atacar, dañar, intentar confundir. ¿Y que es lo que nos da aliento? No es su Espíritu y Su Palabra, Tu vara y Tu cayado, ellos son los que nos alientan, los que nos muestran el camino, aunque a veces, la vara golpea un poco, y duele, pero es para que nos levantemos y sigamos caminando, y a veces pareciera que el cayado ya no sirve, como que no es nada cómodo, talla demasiado, pero son las circunstancias, que nos hacen ver la Palabra un poco incomoda, pero si nos paramos y seguimos caminando, entonces somos restablecidos, nos dan aliento para seguir nuestro camino. Gloria a Dios por esto hermanos, Gracias Señor por tu Palabra y por tu Santo Espíritu, que nos ayudan y nos dan aliento.
“Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.”

Gloria a Dios, no solo porque nos invita a comer, sino por su presencia con nosotros, aun en nuestra comida, importante que notemos hermanos que aquí es el Señor el que nos sirve a nosotros, tu solo tienes que sentarte a la mesa, y disfrutar, los que te odian y aborrecen, ven de lejos, pero no debes alegrarte de haberlos vencido, alégrate de estar a la mesa con el Señor, su bendita presencia es nuestro cielo. Y entonces hermano, somos ungidos, llamados, el Señor nos hace parte de su obra, estamos listos para llevarlo a ÉL a todas partes, y de nosotros empiezan a fluir ríos de agua viva, que salen y dan vida a todo aquel que lo reciba, porque no es nuestro, sino de Cristo, de Dios.
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días. ”

Este ha sido un sueño de muchos de nosotros, esta ha sido la oración de muchos de nosotros, “Padre, en tu casa quiero morar, junto a ti, Señor, allí donde tú estés yo quiero estar”. Me fascinaba mucho cuando leía este versículo, ver que la misericordia y el bien me iba a seguir a mí, no yo a ella, sino ella a mí, y es claro hermanos, porque en este momento, cuando allá llegado a este versículo en mi vida, entonces podre decir, ya no vivo yo, sino Cristo en mí, entonces los frutos que salgan completamente de mí, serán de Cristo y no míos, yo ya no seré, solo Cristo en mí, y mi caminar, será el caminar de Cristo, bendito sea el Señor, que me rescato de mi manera vana de vivir, que me saco de lo más oscuro y sucio que ustedes puedan imaginarse, y me trajo a su maravillosa LUZ, y me ha dado vida en Cristo Jesús, y su presencia, me inunda, me tiene y hace rebosar mi copa, no solo de su presencia sino de gratitud, de amor, bendito sea el Señor, Rey de Reyes, el único digno de recibir la alabanza y la Gloria. Amén.

Henry Padilla Londoño

viernes, 18 de junio de 2010

La presencia de Dios.

Salmo 23
Salmo 23:2
"En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará."
 
Los Salmos son hermosos testigos proféticos, de la luz del corazón de Dios, en ellos encontramos visos de luz, directamente del corazón de Dios, que nos permiten, cuando los llevamos a nuestro corazón, crecer en nuestro conocimiento de nuestro Señor. En ellos también encontramos, profecías, palabra segura de nuestro Señor, a la cual hacemos bien en confiar y en llevar a nuestro corazón.
Muchos Salmos, han sido escritos, como una expresión de alabanza inspirada por el Espíritu Santo, porque Dios habita en la alabanza (Proverbios 22:3), en la alabanza de su pueblo.
Es importante que le demos el justo puesto a los Salmos dentro de la palabra de Dios, muchos, inclusive yo, al comenzar nuestro caminar en Cristo, creemos que los salmos eran algo así, como canciones que el pueblo le cantaba a Dios, eran como poemas bonitos, pero nada más.
Los Salmos son mucho más que eso, son la luz inspirada por el Espíritu Santo, con mensajes proféticos y profundos misterios revelados a los hombres a través de ellos, son la Palabra de Dios, expresada en hermosas piezas de oración, alabanza, adoración, clamor de ayuda, inspiradas por el Espíritu Santo, que han llegado a nosotros para llevarnos un poco más cerca de nuestro Señor.
El Salmo 23, es un favorito entre muchos de nosotros, muchos lo recitan de memoria, con gran sentimiento, viéndose reflejado en el.
Veamos por un momento el versículo dos, nos habla de pastos delicados, instantáneamente, muchos interpretamos estos delicados pastos, como lo mejor de lo que yo necesito, pero detengámonos un momento y veamos que implica este versículo.
El versículo uno dice:
1 " Salmo de David. El SEÑOR es mi pastor, Nada me faltará."
 
El Señor es mi pastor, el Señor, Dios, el Todopoderoso, es mi pastor, ósea que yo soy su oveja, esta pregunta llega entonces a nosotros: ¿Me considero yo como una oveja del Señor? ¿Sabes que implica esto? Implica que no decides tu, Él decide tu camino, tú no sabes nada, Él sabe todo lo mejor para ti, significa que estas donde Él quiere que estés, y generalmente te va a poner con su rebaño, no esperes que te haga un sitio especial solo para ti. Significa, mi hermano, que caminamos detrás de nuestro pastor, no sabemos a donde exactamente, pero confiamos en nuestro pastor, Él sabe donde el pasto es mejor. Significa que comes el pasto que Él te da, y no andas tú, buscando tu propio pasto.
Muchos problemas comienzan, cuando las ovejas se vuelven muy inteligentes, empiezan a mirar para todas partes, y empiezan a ver pastos verdes por todas partes, no solo que ellos quieren ir, donde ellos piensan que han visto un buen pasto, sino que se llevan a otros, diciéndoles, "vamos, mira, allá hay pastos verdes", ¿y entonces qué pasa?, pues que empezamos a ser nuestros propios pastores, y no escuchamos la voz de nuestro pastor, y nos extraviamos.
Ser oveja del Señor, implica ir tras él constantemente, confiar por completo en Él, como diciendo: "mi vida está en tus manos, si tú quieres que yo muera moriré, y si quieres que viva viviré", es un completo abandono a su Voluntad, no quedándonos quietos, sino siguiéndolo en el camino a donde Él vaya.
El mejor ejemplo que yo creo existe, es la expresión de Jesús en el monte de las olivas,
Lucas 22:42
"Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya."
Recordemos que en este momento de la vida de Jesús, esta afirmación implica Su propia vida, no es algo pequeño lo que Él entrega en las manos del Padre, es Su vida, pero confía por completo en el Padre, y pone Su vida en su confianza, Jesús le dice con sus palabras y con sus hechos al Padre, "Tú eres mi pastor".
Nuestras vidas, amados hermanos, deben ser una confianza completa en nuestro Señor, un abandono por completo a su cuidado, y lo repito, esto no implica el quedarme quieto y esperar que Dios haga, notemos en el ejemplo mencionado, como Jesús obra de acuerdo a Su fe y entrega Su vida por todos nosotros. La confianza en Dios, implica un caminar en Su voluntad, no podrás decir, El Señor es mi pastor, si tu no lo sigues en el camino, serás una oveja dejada atrás, que no quiso seguir al pastor.
Ya teniendo esto claro, veamos la primera parte del versículo dos:
"En lugares de delicados pastos me hará descansar"
Esta es una hermosa promesa y afirmación, inspirada por el Espíritu santo, a todos aquellos que con sus vidas y su corazón, dicen: "El Señor es mi pastor", la Palabra nos reconforta y nos dice que tendremos un descanso en donde todo lo que necesitamos estar ya suplido, hermosos pastos de Dios, que alimentan nuestras almas, y nos llenan de Su naturaleza, la Palabra de Dios. Pero estos hermosos pastos, implican también todo lo que necesitamos, para nuestro diario vivir. Y es entonces, mis hermanos, cuando hemos aprendido a decir, EL Señor es mi pastor, que encontramos descanso, paz para nuestras almas, porque nuestro pastor tiene cuidado de nosotros.
Y que es lo que trae esta completa paz, esta seguridad plena de que todo está, y estará bien, sino la presencia del pastor de pastores, la presencia de Dios en nuestras vidas, nadie puede robar esta paz, nadie la puede perturbar, ni la muerte, ni los terremotos, ni la persecución, ni el hambre, ni la cárcel, ni los maltratos, esta paz sobrepasa todo entendimiento, y está basada en que todo nuestro ser, dice con júbilo:
"El Señor es mi pastor".
Estoy hasta entrando en el tema que quiero compartir con ustedes, pero lo haré en varias partes, para que no se me aburran, Bendito es el Señor que nos llena de su divina presencia y nos inunda y fluye como río poderoso a través de nuestras vidas. Amén.
 
Henry Padilla Londoño

miércoles, 16 de junio de 2010

Sonríe, Jesús te esta sonriendo

JesusTeSonrie
El viento sopla suave, la brisa golpea mi rostro suavemente,
La luz del nuevo día se deja ver tímidamente,
empezando a avanzar entre el pasto y los arbustos.
El frío de la mañana deja marcado mi aliento mientras camino lentamente.
Todo está quieto, solo el sonido de algún pájaro mañanero se escucha.

Una hoja cae lentamente, como bailando y coqueteando,
antes de perderse entre las hojas caídas,
y yo escucho el silencio, que me envuelve como gigante,
avisando la llegada pronta de su adversario, el ruido.

Aunque no te veo, sé que estas aquí,
junto a mí, caminando conmigo.
Como si anduviéramos por un camino nuevo,
Uno que nadie ha andado antes.

Te miro a mi lado, Señor, y sonrió,
quien dijera, andando con Dios,
con el Creador, el Todopoderoso,
como amigos, y sé que tú me sonríes.

No me pides nada, mi corazón ya es tuyo.
No me exiges nada, solo que te ame.
Contigo he andado por hermosos senderos, como el de hoy,
pero también por oscuros, allí tú me has guiado.

Mi Dios, mi amigo, que bueno es estar aquí contigo,
Y me miras a los ojos, Señor, y de repente yo te veo a ti,
tú que lees, estas en los ojos del Señor,
Y ahora yo te sonrió, también a ti te amo, mi amigo,
Sonríe, mi amigo lector, que Jesús te esta sonriendo.

Y aquí los tres, que bueno es estar aquí,
Lo puedes ver, a Él, y a mí,
Yo te amo Jesús, y a ti mi amigo,
A ti también te amo.

Henry Padilla Londoño

domingo, 13 de junio de 2010

La Santificación, parte 2.

En la primera parte hable acerca de la Salvación y el camino que entonces todo creyente comienza, siendo santificado en la Palabra, llevando su alma a crucificar todos sus deseos y voluntades, llevándolas a la cruz, crucificándolas cada día, renovando nuestra mente a diario por medio de la Palabra de Dios, recibiendo la Palabra implantada que tiene poder para salvar nuestras almas.
Vimos que este proceso, empieza a ocurrir en todo creyente, aquel que diga que no ha pasado por esto, y que no lo está haciendo a diario, entonces es porque ha errado su camino, se ha apartado del verdadero camino, porque el camino que el Señor nos lleva a caminar, se ve reflejado en nuestra vida, no es un conocimiento que adquirimos, sino más bien una revelación que es dada al hombre interior y todo el ser, a través de la obediencia es santificado, siendo cada ves más semejante al Señor, tanto en Palabra como en obra. Vimos que este proceso generalmente nos va a llevar el resto de nuestros días, pero esta es la voluntad de Dios, que seamos semejantes a Su Hijo.

Ahora, muchos recién convertidos, leen estas palabras, pueden estar de acuerdo, pero se ven ante un tremendo desafío, no saben por donde comenzar, ¿Cómo hacer, para empezar a andar el camino que Cristo quiere que andemos, y ser agradables a Él?

Antes de continuar, quiero aclarar, que yo en este caso te estoy mostrando lo que el Señor me ha mostrado a mí, pero no debemos ser pragmáticos, recíbelo todo, analízalo con la Palabra del Señor y ojalá cuentes con la ayuda de tu pastor, y lo que te parezca que no esta bien, puedes muy bien desecharlo, recibe ante todo, hermano mío, lo que viene del Señor, eso es lo bueno para ti.

Muchos comienzan, llenándose de una buena cantidad de conocimientos, empiezan a leer libros cristianos, a aprender estas verdades en sus mentes, algunos empiezan a asistir a diferentes iglesias, a escuchar programas radiales, a ver películas, es como un gran clamor, ¡necesito llenar esta hambre de Dios!
Y estas cosas no son malas hacerlas, pero hermanos, tenemos que ser sabios como serpientes y mansos como palomas ( Mat 10:16 ), si tú concentras tu esfuerzo en lo que sabes que te ha estado deteniendo, entonces vas a ser mas efectivo.
Por ejemplo, acabamos de llegar al Señor, ahora somos salvos por la fe en Cristo Jesús como nuestro salvador, ¿Verdad?, aquí todos deben decir, ¡Verdad! Pero en nuestra vida antigua, teníamos problemas con el ocultismo, brujería, agüeros, y todo lo relacionado, y queremos de una vez por todas ser libres de esto, ¿Qué hacer?, bueno ya eres limpio por dentro, ahora debes limpiar por fuera, no esperes que el Espíritu Santo venga y tome la mano para llevarte a hacer lo que debes hacer, por ejemplo, si tu casa esta llena de libros de ocultismo, debes romperlos y botarlos donde nadie los pueda encontrar, esto solo para que nadie los vaya a encontrar y otra persona vaya a ser esclavo de lo mismo, si tienes cuadros, estatuas, amuletos, fotos relacionadas, ropa, todo lo que de alguna forma este relacionado con esto, debe salir de tu vida.
Ahora, espera un poco, no salgas corriendo a buscar y botarlo todo, no obres por impulsos, todo debe hacerse por fe. Ojalá puedas contar con la colaboración de tu pastor, así los dos podrán orar juntos, y TÚ, porque tu así lo crees, te deshaces de todo esto. ¿Por qué recalco tanto en que seas TU quien lo debe hacer? Porque estas cosas externas, han sido primero en tu corazón, y si tú decides sacarlos, también se irán de tu corazón.

Santiago 1
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.


Entonces, la santificación es también practica, no podemos hablar de santificación si no ponemos por obra lo que el Espíritu nos dice que debemos hacer. Otro ejemplo, antes eras una persona grosera, mal hablada, nombrabas al Señor, pero más como blasfemia, decías groserías, hablabas del sexo opuesto solo con doble sentido y lujuria, e insultabas, gritabas, y peleabas, gritabas a toda hora, y habías llegado a la conclusión de que tu eras así, que le vamos a hacer. No, ahora eres hijo, hija, de Dios, y debes santificar esta parte de tu vida, debes dejar de decir estas palabras. ¿Cómo? No te preocupes, en cuanto te lo propongas el Señor te va a ayudar por medio de su Espíritu. Pero no esperes que venga el Espíritu y te cierre la boca, NO, la boca la debes cerrar tú, te doy un consejo, así podrías llegar a ser un gran y poderoso guerrero de oración, por cada maldición, grosería que salga de ti, debes orar 5 minutos. Esto es algo que a mí me ha servido, no lo vas a encontrar en la Biblia, pero es un consejo. Pero esfuérzate, no puedes esperar cambio si no te esfuerzas, y vas a verlo, el Señor te ayudara cuando Él así lo considere necesario, él decide cuando y como, y tú debes esforzarte. Ahora, por favor, no vayas a decir que yo te dije que podías decir groserías, que solo deberías orar después, NO, te digo mi hermano esto como concesión, porque yo también he estado en el sitio donde tu estas, y sé que si comienzas poco a poco lo lograras con la ayuda del Señor, hasta que llegue el momento que ya no dirás groserías, tu hablar será solo para el Señor, y se habrá formado un hambre en ti por la oración que no la dejaras.


Hermanos, la santificación es nuestra ofrenda diaria a Dios, nosotros debemos ponerla en el altar, recuerda, esto no lo das a Dios, lo ofreces porque lo quieres agradar, pero esto solo te sirve a ti mismo, Dios es Santo, muy Santo es Él. Todo esto debes hacerlo porque lo amas a Él y quieres estar con Él, quieres ser como Él es. A medida que vas siendo santificado, el Señor te estará revelando cosas a tu corazón, MARAVILLOSOS tesoros, solo para ti, nadie más los puede recibir, solo TÚ, porque él los ha preparado solo para ti, y están ahí, esperando por ti.

Romanos 12
1 ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto.
2 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Cuando llegamos al Señor, y venimos de un mundo de pecado, muchas veces hemos llevado una vida en la cual hemos herido, y dañado otras personas, aun a nuestros familiares, posiblemente ha habido infidelidad, violencia, engaño, y aun algunos hemos llegado muy abajo y hemos visto las partes más oscuras del mundo, donde aun la gente del mundo tiene miedo a ir a esas áreas, donde está el asesinato, la violación, el robo, la esclavización de otras personas, el secuestro, prostitución, la blasfemia, etc. Pero todo esto lo hacíamos porque no conocíamos a Jesús, y éramos hijos de la maldad, del pecado, no sabíamos que era la luz, pero cuando Dios en su gran amor, no saco del estiércol en donde algunos hemos estado, y nos limpio de nuestros pecados, y nos trajo a su maravillosa luz, entonces somos hechos hijos de Dios, todos estos pecados, TODOS, sin excepción son PERDONADOS. NO HAY PECADO, POR TERRIBLE QUE PAREZCA QUE EL SEÑOR NO PERDONE ( Col 2:13 ), solo debes venir a él y humillarte en su presencia, recibirlo en tu corazón, arrepentirte de tus pecados, y hacerlo a él, a Jesús el Señor de tu vida, el Rey de tu vida, y la Palabra de Dios dice que todos tus pecados serán perdonados. Realmente el mundo va a ser condenado por un solo pecado, NO CREER A LA LUZ, NO CREER EN JESÚS. Pero Jesús no vino a condenar el mundo, sino a que el mundo sea salvo por él, si tu no lo recibes, eres tu el que te condenas a una vida apartada de él.
Y cuando llegamos a Jesús, y queremos poner todo en orden, vemos mucha gente herida, familias destruidas, hijos dejados, esposas maltratadas, ¿Qué hacer?
No te apresures, pero debes comenzar lo mas pronto posible, es muy importante hermano, hermana, que cuentes con la ayuda de tus pastores, debes ir a ellos y explicarles que ahora quieres organizar tu vida, que tú quieres su ayuda espiritual y practica, diles lo que sientes en tu corazón, pero recuerda, y esto sobre todo a las señoras, no se queden en el llanto, el llanto es una expresión del cuerpo, pero ahí cosa practicas que debes hacer. Lo primero es pedir perdón, tu ya eres perdonado ante Dios, pero debes pedir perdón en cuanto te sea posible, a las personas que dañaste, esto no es un requisito, pero es algo muy bueno para el alma, pruébalo y vas a ver como si te quitaran una tonelada de encima. Pero tampoco te apresures en esto, he visto matrimonios destruidos, porque el hombre le pide perdón a su mujer por alguna infidelidad, y ella no logra entenderlo ni perdonarlo, y terminan separándose. Todo, debe hacerse en oración, amor, y verdadero arrepentimiento, no en un impulso. Por favor, consúltalo con tu pastor.
Hermano, debes congregarte ( Hechos 2:46-47, 5:42 , 2 Cor 1:1 observa que muchas cartas están dirigidas a las Iglesias), esto es parte de la santificación, es en la Iglesia que aprendemos a someternos, a obedecer, al amor de hermanos, la humildad, y muchas otras cosas, que NO podrás aprender en otra parte, si el diablo te ha engañado a pensar que no necesitas una Iglesia, que el Señor esta en todas partes, debes despertar, el diablo te está aislando, para luego devorarte. ¿Pero es que Dios no esta en todas partes? Dirá alguno, SÍ, pero el Señor quiere que nos congreguemos y nos sujetemos unos a otros, el Señor no va a escribir una Biblia especial para ti, es una Palabra para todos, y ahí dice: Juan 13:35 "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. " A la Iglesia no va la gente sin problemas, si algunos hermanos han alcanzado un nivel de fe, que les permite compartir su fe y su experiencia con otros, además de esto tienen un llamamiento a hacerlo, pero en general, los que vamos a la Iglesia es porque necesitamos del Señor, necesitamos ayuda, queremos estar cerca del hermano, queremos ser bendecidos, creemos que Dios puede actuar por medio de cualquier hermano. A la Iglesia van los enfermos a ser sanados, y una vez sanados se quedan a ayudar a otros.
Alguien muy amado y cercano a mí, me decía: “Yo no voy a la Iglesia porque los pastores solo quieren la plata, y robarnos.”
Hermanos, cuando tú vayas a la Iglesia y hagas algo dentro de la Iglesia, hazlo para El Señor, no para los hombres, es cierto que bendecirás a muchos, pero no lo des a los hombres sino a Dios, sino sientes así, y piensas otra cosa, mejor que no des nada, pero no dejes de ir, No juzgues en tu corazón hermano, NO juzgues y no serás juzgado, no digas YO NO JUZGO, PERO… porque en el momento que tú piensas no voy por esto, estás juzgando, y te estás apartando de la ley de la vida, a decir, el Amor. ¿Cómo voy a aprender sujeción, si no puedo confiar sino en mí mismo? ¿Cómo voy a recibir lo celestial, si lo poquito terrenal me cuesta tanto? Sed libres hermanos, el Señor nos ha hecho libres, dejemos toda malicia, el amor todo lo cree, como será el amor, ¡que creyó en mí! El amor ha creído en ti, deja tus suspicacias y se libre de todo eso hermano.
He hablado acerca de la parte practica y evidente de la santificación, dejar las cosas evidentes que nos atan, así como de la necesidad de congregarnos, ahí otro punto crucial en la santificación, sin esto no lo vas a lograr, y es la Lectura de la Palabra y la Oración.
¿Quieres saber lo que Dios piensa de ti? Tienes que escucharlo, ir a tu cuarto, cierra la puerta ( Mateo 6:6 ), dobla tus rodillas y ora al Padre en el nombre de Jesús, que esto sea lo primero que haces a diario, ora hermano, ora constantemente, no te estoy diciendo, pide, pide, te digo, ora, deja que Dios escuche lo que hay en tu corazón, cuando estés orando, ten la Biblia a la mano, ten un orden para leer la Palabra, por ejemplo lee primero los evangelios ( Juan, Mateo, Lucas, Marcos), luego hechos, las cartas de Pablo, Romanos, Gálatas, etc. Cuando estoy orando me gusta leer los Salmos, lo hago al final, leo y medito en lo que dice el Salmo, no lo veas como algo que alguien escribió hace mucho tiempo, debes verlo como tu palabra de Dios para ti hoy. La oración consta de varias partes, la adoración, dile al Señor todo lo que él significa para ti, dile cuanto lo amas, dile los sueños que tienes, cántale si quieres, adóralo. También debes dejar conocer tus peticiones, lo que quieres que el Señor haga por ti, hazlo en fe, sabiendo quien te escucha ( Santiago 1:6 ), no como pidiendo una limosna, sino como quien va a su Padre y le pide con respeto y sometimiento algo. También debes leer, que es en parte escucharlo a ÉL, y por último, debes estar en silencio delante de él por unos minutos, no solo en silencio de labios, sino de peticiones y tu corazón debe estar atento, como mirando al invisible, esperando en Él, de esta forma, yo he recibido profecías, revelaciones, momentos realmente celestiales, hermanos, solo con escuchar lo que Dios quiere decirte.
Mis hermanos, esto era lo que quería compartirles acerca de la Santificación, ÉL Señor que es poderoso para formar en cada uno de nosotros la imagen de Cristo, Su amado hijo, nuestro Salvador y Señor, a Él sea toda la Gloria por siempre. Bendiciones.

Henry Padilla Londoño

viernes, 11 de junio de 2010

Ella… mi amada.

Ella... mi amada
Tus hermosos ojos son como perlas,
Tu sonrisa es como el amanecer, que inunda todo lo que toca,
Tu cabello como el sol de la mañana, delicioso y exquisito,
Tus labios, preciosas fuentes de verdad,
Tu cuerpo es ágil como gacela,
Y hermoso como las puertas de la ciudad de Dios.

Tu aroma, oh tu aroma, que me envuelve me emborracha,
Tu risa es cantar deleitoso al corazón,
Tus palabras, todas ellas hermosas, suaves,
Que me envuelven y acarician, y me llegan al corazón.

Y tu corazón, oh Señor, que lindo corazón,
De ti emana vida, fluye agua limpia,
En él habita el Señor, nuestro redentor,
Tu corazón es como el cielo,
Dulce hermosa de mi amor.

Henry Padilla Londoño.

miércoles, 9 de junio de 2010

Es solo…. que te amo.

Yo te amo pueblo mío,
Yo te anhelo, anhelo estar contigo.
Tú eres mi tesoro que Yo rescate,
Di mi vida por ti.
Ven, ven a mí,
No tardes.
Es solo... que te amo
Cuanto trabajo, cuantas carreras, de aquí para allá,
Buscando el centavo, buscando el bocado,
Me apresuro a mi trabajo,
"Busco un mejor futuro"
Solo una cosa requiero de ti.
 
Tus deseos te gobiernan, dirigen tu vida,
Hay que vivirla, ¡que viva!
Y vas como ciego por la vida,
Me miras con desprecio,
¿Y te preguntas para dónde vas?
 
Te mande un estudiante, uno que lee la Biblia,
De ese te burlaste,
Te mande uno que grito en la plaza,
¡Qué loco ese! Dijiste sonriendo.
Te mande un pastor,
¡Que aburrido el hombrecito!
Te mande un profeta,
¡Ese si me molesta!
 
Tus años se consumen en tu sueño vano,
Cazando al viento, ¿Qué haré para que entiendas?
No busco dañarte, ni quiero tu muerte,
Es solo…. Que te amo.
 
Sí, eres mi precioso tesoro,
Por ti daría mundos, y constelaciones de estrellas,
Como te he anhelado,
Mi pequeño, ven que te espero.
 
No tardes más, he puesto un tiempo,
Escúchame ahora, mientras aun hay tiempo.
Ven a Jesús, solo eso,
Yo me encargo del resto,
Ven, deja tus cargas en la cruz,
Jesús ya pago el precio por ti.
Solo tienes que venir,
Pero… no basta con solo decir,
Tienes que creer, mi pequeño,
Creer que Él murió por ti,
Por tus pecados, en tu lugar,
Creer que Él resucitó,
Porque él vive, tu también vivirás.
 
¿Te parece extraño?
No te pido que lo entiendas ahora,
Solo que lo creas, entrégame tus cargas,
Deja tu vida en mis manos,
Sanaré tus heridas, restauraré tu vida.
 
Dobla tus rodillas donde estas, y di:
Perdóname Señor, perdóname Jesús,
Tú eres mi Señor, mi Salvador.
Mi vida es tuya, poderoso Señor.
 
Henry Padilla Londoño

Tú eres todo lo que necesita mi corazón

Cántico de adoración a mi Señor.

Tú eres todo lo que necesita mi corazón

Quiero alabarte, mi corazón reboza palabras de adoración,
Quiero dejarme a tu Espíritu, nadar en el río de tu Espíritu,
Quiero cantar mi alabanza, agradecimiento,
Palabras de amor, a ti Jesús, mi Señor.

Que el Espíritu me tome, ver tu visión,
Entender que para eso estoy aquí,
Siervo inútil soy, sino estoy en tu trabajo,
Quiero verter mi corazón en adoración a ti, Mi señor.

Poner mi corazón en el altar de la obediencia,
Hablar palabras de humildad sincera,
Escuchar a tu espíritu que mora en la Iglesia,
La Iglesia preciosa, Jesús es la cabeza.

Quiero a mi hermano escuchar,
Cuando tú hablas por él,
Quiero aprender a verte,
Reflejado en los ojos de mí hermano.

Alcemos nuestras manos, mi hermano,
Adoremos al que vive, Santo es Él,
Estamos aquí unidos,
En el nombre de Jesús.

Como te amo Señor, Rey eterno,
Tú eres todo lo que necesita mi corazón.

Y mientras cantamos, lloramos y aplaudimos,
El Espíritu del Señor sana nuestro interior,
Trayendo paz, gozo y libertad,
Todo en el nombre de Jesús.

Como te amo Señor, Rey eterno,
Tú eres todo lo que necesita mi corazón.

Henry Padilla Londoño

martes, 8 de junio de 2010

Acerca de Israel...

Job.23.14
El pueblo de Israel, tiene un papel importantísimo en los acontecimientos que están ocurriendo y tendrán un papel central en lo que está por pasar. Desde el principio, Dios ha bendecido a Israel como pueblo y como prototipo profético del pueblo de Dios (1 Corintios 10:11), todo lo que paso a Israel en su caminar con Dios, nos fue dejado escrito, a nosotros que hemos alcanzado los últimos tiempos, para advertirnos, para enseñarnos, lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer en nuestro caminar en Cristo.
Como cristianos, debemos saber estas verdades, Dios aún no ha terminado su trabajo con Israel y con el pueblo de Israel, ellos han estado al principio de la bendición para el mundo, y ellos estarán al final también, porque este es el plan de Dios. (Is 2:2, Miqueas 4:1)
¿Quiere usted decir, pensara alguno, que usted está de acuerdo con todo lo que hace Israel?
No, eso no es lo que digo, digo que Israel, es un pueblo bendecido por Dios, digo que Dios aun está tratando con Israel, y lo seguirá haciendo, hasta ponerlos a ellos como cabeza de naciones, sobre Israel está la bendición, y a través de ellos sobre toda la tierra. (Is 2:2, Ga 3:8, Gen 18:18)
Cristo Jesús, era judío, del pueblo de Israel, y a través de Jesús son benditas todas las naciones de la tierra (Juan 4:22), nosotros, los que venimos de todo otro lugar, somos el olivo silvestre que es injertado en el buen olivo ( Rom 11:17), y recibimos de la sabia del buen olivo, somos hechos hijos de Dios, por las promesas una vez dadas al pueblo Judío, las promesas que tú crees hoy en día, mi hermano cristiano, fueron un día dejadas al pueblo judío, y a través de ellos han llegado a nosotros ( 2 Pedro 1:4).
También es cierto, que en Cristo, ya no hay judío, ni griego, libre ni esclavo, hombre o mujer ( Gal 3:28), puesto que todos recibimos del mismo origen, del mismo Señor, a decir, Cristo, Jesús, en Cristo, todos somos hechos libres, hijos de Dios, renacidos por las promesas heredadas por medio de la fe. Pero esto no acaba en ninguna manera al pueblo judío, así como no acaba al griego, solo nos hace uno en Cristo, porque todos somos renacidos de Dios.
Pero el pueblo judío, Israel, tienen un lugar prominente en el plan de Dios para el mundo. Ellos heredaron las promesas, ellos esperaron al Cristo, al cual no conocieron cuando vino y mostró su gloria, ellos, fueron esparcidos por todas las naciones ( Ez 11:16), y por más de mil años, ya no se hablaba del pueblo judío, no más esto es ya un milagro, que otro pueblo que haya sido esparcido por muchos años, han conservado su identidad, su historia, su fe, cuando Dios los llamo de todos los confines de la tierra, cuando Dios dio silbido y ellos escucharon, fueron reunidos de todas partes, y sea notorio a todos, en un día nació una nación, cuando se había escuchado esto (Ez 11:17, Is 66:8).
Pero bendito es el todopoderoso, Rey de Reyes, que ya desde la antigüedad lo había anunciado, y también lo trajo al hecho ( Is 46:10), esto ya debería hacer pensar al más incrédulo, pues la historia de Israel es la historia del poder de Dios revelado a un pueblo.
Dios tendió cordel a la tierra de Israel, el reclamo para sí, y dijo al pueblo de Israel, a ti la daré y a tu descendencia, para siempre ( Gen 13:15). Podrá alguien alegar algo al respecto.
Pero lo que ahora pasa en el mundo, que muchos se enfurecen contra Israel, lo atacan, alzan sus manos y su voz contra el pueblo de Israel, también está escrito, no digo con esto que todo lo que hace Israel es correcto, seguramente también cometen errores, como todos, pero lo especial es que solo al pueblo de Israel le dan tanta atención con todo cuanto ellos hacen.
Israel, será una piedra de tropiezo para muchos, porque el que se levante contra Israel, estará luchando contra Dios mismo (Deuteronomio 32:9-10), Dios no pasara desapercibido todo aquel que se levante contra Israel, pero muchos se levantaran contra Israel, así está escrito, y vendrán contra ella a destruirla, todas las naciones, la rodearan (Zac 12:3), y dirán en sus corazones, vamos, tomemos lo que es nuestro, y destruyámoslo, no tienen quien los ayude, porque los que ayudaban a Israel se abran ido, tiempo de angustia, de llanto y dolor para Israel viene, y parecerá que ya han vencido, pero entonces el Señor se mostrara en medio de ellos, se levantara como valiente (Is 42:13), terrible destrucción recibirán todos los que te han rodeado y luchado contra ti.
Y ellos miraran al que traspasaron, y lloraran por el Señor, como se llora por el hijo unigénito (Zac 12:10), gran clamor, porque sus ojos serán abiertos, tiempos gloriosos para Israel, porque todo el que haya quedado vera al Señor, y entonces las palabras proféticas dichas a ti Israel, por boca de profetas de antiguo, todas se cumplirán, Israel será cabeza de naciones y vendrán a ella y dirán, "Dios está con ellos, en medio de ellos".
Mis hermanos, en ocasiones nos preguntamos ¿Qué actitud debemos tener ante Israel?, ante muchas cosas que pasan, algunas al parecer injustas, otras no sabemos, ¿Qué hacer ante esto?
Ora por Israel, hermano, bendice a Israel (Gal 6:16, Gen 27:29), ora por el pueblo de Israel, ora para que Dios la guarde, ora para que nuestros gobernantes no caigan en el error de maldecir a Israel, ora para que nosotros no seamos engañados por vientos en contra, llevándonos presos, poniéndonos del lado de los enemigos de Dios. Bendice a Israel, bendice su pueblo, sino entiendes, bendícelo en todo caso, esto es lo que dice la Palabra, hazlo por fe. (Romanos 11)
Bendiciones hermanos.

Henry Padilla Londoño

Palabras

Job.23.14
Una palabra tomó vuelo, salió del corazón,
Viajo y encontró nido,
En un corazón dolido,
Y la esperanza se abrió paso,
Palabras, palabras con sentido.

Pero no creas a todas las palabras,
Porque ellas son elocuentes,
Audaces, y sutiles,
Que convencen al oído,
Trayendo preso al desprevenido.

Usa tus palabras con cordura,
Mira que de ellas fluye la vida,
Pero si no hablas de Cristo,
Es posible que sea locura.

Con tus palabras alabas a Dios,
Cuando salen del corazón,
Y con ellas matas a tu hermano,
Cuando no muestras perdón.

Las palabras no son solo sonidos,
Aun tus manos pueden hablar,
Las palabras llevan lo que hay dentro,
Dentro de tu corazón.

Habla hermosas palabras,
Al oído de tu amada,
Dile cuanto la amas,
Que ella se embriague con tu amor.

Y es que el amor se expresa en palabras,
Mas no en sonidos solamente,
Las palabras transmiten
Lo que hay en tu interior.

La Palabra produce grandes milagros,
Poderosa es, si es de Dios,
Mírame a mí, yo nací de nuevo,
Por una Palabra de Dios.

Una palabra es la distancia,
Entre la vida y la muerte,
Y si tú lees esto y no crees,
Solo tienes que decir Creo.

Creo en Cristo mi salvador,
Creo en su resurrección,
Di la palabra ahora, di:
Yo creo en Jesús, el Cristo,
Como mi salvador.

Y la palabra llegó al lector,
Anidando en su corazón,
Y lo hizo renacer,
Nacer de nuevo, nacer de Dios.

Henry Padilla Londoño

lunes, 7 de junio de 2010

Job 23:14

Job.23.14
Les comparto esta grafica, puede ser usada como fondo de escritorio en el computador, bendiciones.
"Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí"
Job 23:14
Les invito a visitar el grupo "Libros del Reino de Dios", a ser parte del grupo y a leer los libros y dejarme sus opiniones. Bendiciones.
Libros del Reino de Dios

sábado, 5 de junio de 2010

Un pétalo arrastrado por el viento.

Un pétalo arrastrado por el viento
El pétalo maltrecho de la rosa en el suelo
Fue levantado por el viento poderoso
Llevado con ímpetu a un lugar desconocido
Atrás había quedado, la rosa pisoteada
La que una vez fue su casa
Era quebrada y pisada

Quería morir, dejar de ser,
Que el viento la llevara a un lugar,
Donde nadie pudiera ver su triste condición.
Donde poder terminar sus últimos días de humillación.

Pero nada podía hacer,
El viento soplaba a donde quería,
Y no sabía a dónde iba,
Pétalo dejo de luchar y se entregó
El viento decidiría donde debía terminar.

Y paso por un jardín hermoso
Sus hermanos resplandecían, en sus casas
Llenos de colores y fragancias
Pero al ver a pétalo, arrastrado por el viento,
Dieron sus espaldas, era humillante,
Era denigrante, mejor que pasara de largo.

Y pasó por un lodazal, no lo podía soportar,
Estiércol y suciedad, gritaron:
Ven, no luches más.
Pero el viento lo arrastro más allá.

Pétalo rogaba al Dios del cielo:
Déjame morir en soledad,
Donde nadie me afrente,
Donde nadie vea mi horrible condición.

Y ya cansado, quiso cerrar sus ojos
Y el viento lo dejo caer suavemente
En la mano de una niña
Que al verlo sonrió y lloro,
Tú eres mi señal, eso dijo

Y pétalo alcanzo a escuchar en sus últimos momentos
La voz del Creador que decía:
Mi preciosa niña,
Cuanto te amo, buscaste de mí
Y me pediste señal,
Y yo te traje la hermosura de la rosa,
Un pétalo arrastrado por el viento,
Porque te quiero enseñar,
Que no es con poder ni con fuerza,
Sino con mi Espíritu, que tú vencerás.


Henry Padilla Londoño

viernes, 4 de junio de 2010

Que hacer cuando nada funciona

La voz a media noche
Is 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Todos hemos pasado días grises en nuestras vidas, días que no quisiéramos recordar, algunos más oscuros que otros. Pero también hermanos, hemos tenido buenos días, ese día cuando nuestra madre, nuestro padre nos abrazo y nos dijo que nos amaba, ese día cuando conocimos a Jesús, y nació en nosotros esa llama de amor, que quería casi que explotar en nosotros, ese día cuando conociste a esa persona que llegaste a amar, a la cual uniste tu vida para siempre, el día en que te diste cuenta que ni la muerte ni la vida te podían apartar de Cristo, Jesús, Gloriosos días, días junto al Señor.
Pero tu quizás estás pasando un día de esos grises, oscuros, donde solo el llanto se acerca a nosotros, y nos sentimos tan solos, tan abandonados, parece que todo está en mi contra, es como si Dios no me escuchara, decimos en nuestro interior.
Hermano, eso no es cierto, Dios está a tu lado, siempre lo ha estado, "No temas, porque Yo estoy contigo", te dice el Señor, "siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.", eres un hijo de Dios, eres precioso para Él, piensa en esto, si Él envió a su único Hijo, para que muriera por ti, para rescatarte, ¿te dejara ahora solo?
¿Lo harías tú?, pienso que no, si ya pagamos por algo que consideramos tan precioso, que dimos lo más sublime nuestro, no vamos ahora a dejarlo botado, bueno, si nosotros no lo haríamos, mucho menos Dios, que es infinitamente bueno. Los sentimientos te están jugando una mala pasada, y te han hecho creer que estas solo, pero no es cierto, Dios está a tu lado. No… no te preguntes ¿Por qué?, ¿Por qué aquello? ¿Por qué esto?, no, solo afírmate en tu corazón. Te voy a dar un consejo, que en muchas ocasiones cuando uno da este consejo, al principio, la gente se queda mirándolo a uno, como queriendo saber si uno habla en serio o no, les parece muy extraño, pero realmente no es mío, está en la Biblia, este es el consejo, cuando estés en aprietos, y sientas que nada te funciona, cuando veas el cielo gris, y todo parece que esta contra ti, CÁNTALE AL SEÑOR, y veras como la oscuridad se transforma en LUZ.

Isaías 12
1 Y dirás en aquel día: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu ira se apartó, y me has consolado.
2 He aquí Dios es mi salvación; confiaré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, el cual ha sido mi salvación.
3 Con gozo sacaréis aguas de las fuentes de la salvación.
4 Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido.
5 Cantad salmos a Jehová; porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.
6 Regocíjate y canta, oh moradora de Sión: porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Como lo puedes ver, ya Isaías hace 2700 años, sabia esto, así que no es nada nuevo, cántale a Dios, no busques cánticos bonitos, de artistas conocidos, NO, hazle tu propio canto a Dios, hazle un canto nuevo, algo que brote de tu corazón, algo que solo tú y Él saben, anímate, y veraz, es realmente espectacular lo que pasa cuando uno lo hace para ÉL, es como si el cielo se abriera, y los ángeles todos a una pararan todo lo que están haciendo, y toda la atención se concentra en ti. Pruébalo no te arrepentirás.

Bendiciones mi hermano, si has cantado, como el Señor quiere, entonces ya no estás solo, estas en la compañía de millones de ángeles, y lo más importante es que TU AHORA LO SABES. Bendiciones.

Henry Padilla Londoño

jueves, 3 de junio de 2010

El muchacho, el ladrón

La voz a media noche
Una lágrima fue testigo, de la soledad y el dolor,
Mientras ella miraba con ternura el cuerpo rígido de su hija,
En medio del basural, de desperdicios y mal olor,
Tomo fuerzas, ella, y dijo:
Quizás fue mejor, mi pequeña, que te fueras,
Aquí ya el dolor te rodeaba,
Tu carita, mi princesa, solo sonrió, cuando me miro,
y en tus dos añitos solo yo vi tu dolor.

El muchacho corría sin control,
Cójanlo, cójanlo, ladrón, ladrón,
Quizás de esta no escape, pensó,
Pero el hambre me obligo,
Prefiero robar que morirme de hambre.

Él estaba sentado, frente a su computador,
Leyendo una poesía, una oración,
Y la palabra llegó a él, llego a ella:
¿A quién enviaré? ¿Quién ira?
Porque mis hijos mueren sin cesar,
Mueren en tinieblas, en dolor en aflicción.

Yo iré, dijeron aquí, yo iré dijeron allá,
Y se empezó a levantar un gran ejército,
Poderosos guerreros de La Verdad,
Que iban a anunciar La Verdad.

No con poder, ni con fuerza, sino con mi Espíritu,
Dijo el Señor, a todo aquel que quiera ir,
Tendrá que ir con mi Espíritu,
Porque a ella y a él, no los podréis ayudar,
Sino estás sellado con mi Espíritu, el Espíritu de Verdad.

Díganles que ya Jesús, pago por todos,
Que él llevó la enfermedad,
Que el pecado llevó en la cruz,
Que la vida el saco a luz,
En la resurrección.

Díganles, a todo el que quiera,
Que la fuente de agua de vida está fluyendo,
Que todos pueden tomar,
Que la puerta aun está abierta.

Y la vi a ella alzando sus manos a Dios,
De su miseria el Señor la había sacado,
Y entre hermanos hábito,
Y la vi escuchando a un pastor,
Era el muchacho, el ladrón,
Que hablaba con denuedo,
La Palabra de Salvación.

Amen.

Henry Padilla Londoño.

miércoles, 2 de junio de 2010

Una voz a media noche.

La voz a media noche
Oh Dios, tu nombre invocaré;
Alzaré mis manos a ti, a ti clamaré;
Bendito Señor, Rey de Reyes;
Tú levantas al caído y das fuerzas al cansado.

Benditos los que habiten en ella,
Preciosa ciudad de Dios, baluarte de Verdad,
Toda tu hermosa y perfecta,
Cimentada sobre tus doce fundamentos,
Por tus puertas príncipes y princesas entraran,
Todos los lavados, los redimidos del cordero.

Dios poderoso, amigo de humildes y mansos,
Miras la causa del oprimido y del que no tiene ayuda,
Todos ellos, alzaron sus rostros a ti,
En tiempo de angustia, en el último tiempo,
Cuando se perseguirá a tus ungidos,
Cuando la verdad sé ira de las plazas,
Y en las calles no la encontraras.

Como se han alejado de ti, Oh Señor,
Como han perseguido la verdad,
Tapan sus oídos, se golpean con sus manos,
No quieren oír, la verdad les es tropiezo,
Al pobre afrentan, a la viuda matan,
Y al huérfano venden por diversión.

La noche ha avanzado, Oh Señor,
Rey del universo, pero tú has guardado a tus hijos,
Los has levantado, guardaditos junto a ti,
En la ciudad de Dios, ahí habitaran.

¿Quién quiere habitara en la ciudad de Dios?
El que limpia sus vestidos en la sangre del cordero,
El que vence al diablo con su testimonio,
El que no calla la verdad, que tu Señor, has hecho en él,
Él habitara en la ciudad de Dios.

Mi alma se estremece dentro de mí,
Cuando veo lo que viene, lo que está por pasar,
Pero también sé que tu Señor, Dios poderoso,
A los tuyos respaldaras y ayudaras.

Pueblo mío, que he rescatado,
Escucha mi voz, atiende mi dicho.
Venid, entremos a cuentas,
Yo perdonaré tu pecado, y restauraré tu vida.

Voz del que grita a media noche,
Da gritos, despierta al que duerme,
¿Qué debo decir?
Que la vida de este mundo es vanidad,
Que la luz solo está en Jesús.
Da voces a todos, diles que no tarden más,
Que a las puertas esta.

Oh, Rey Eterno, a ti alzaré mis manos,
Y buscaré tu nombre, a ti exaltaré,
Alzaré mi voz, en medio del caos,
Levantaré baluarte, y diré a todos,
Que se arrepientan, que volteen sus caminos,
¿Quién quiere vivir en la ciudad de Dios?
Limpie sus manos de pecado, mientras aun hay tiempo,
Porque vienen tiempos cuando no podrás hacerlo más.

Amen.

Henry Padilla Londoño

martes, 1 de junio de 2010

La Santificación.

Quiero hablar brevemente de un tema que muchas veces produce confusión, y en muchos casos, aun por hermanos que llevan mucho tiempo en el evangelio. He escuchado algunos hermanos preguntarse como una persona que haya nacido de nuevo, pueda continuar con algunos hábitos de su vida antigua, esto sobre todo en los recién convertidos, algunos hermanos, sin pensarlo mucho, los señalan y les dicen que no podrá nacer de nuevo si no deja esa actitud que es considerada pecado, por ejemplo el cigarrillo, el decir palabras groseras, el mirar lascivamente, etc, etc. Pero esto ocurre por desconocimiento de las escrituras, porque no podrán encontrar en ninguna parte de las escrituras que es necesario tener una vida santa antes de recibir a Jesús, al contrario, la Palabra llama a que vengamos a Jesús, tal cual somos (Juan 3:19, Lc 23:43, Hch 2:38), y creamos en su obra redentora, que creamos que Jesús, murió en mi lugar, y que a través de esta obra yo recibo la Justificación(Rom 3:24,Rom 5:9), quiero decir, soy declarado Justo, por la sangre que Jesús derramó por mí.
La única forma de ser libre de mi pecado era la muerte(Ez 18:4), era necesario que yo muriera para ser limpiado de mis pecados, y Cristo muere por mí, en mi lugar, y lleva mi castigo, para que yo no tenga que ser castigado por mi pecado. Esto, mis hermanos, es lo que se conoce como Salvación, ser rescatado de la muerte segura, y por GRACIA(Ef 2:5), ser llevado a la vida, puesto que la muerte ya no me puede reclamar nada(Col 1:13). En otras palabras, soy hecho justo, ¿ante quién?, ante Dios, ante los ángeles, y ante el mundo, soy declarado justo, limpio de pecado por la sangre de Jesús.
Cuando creo esto en mi corazón, que Jesús murió por mí y resucito para darme nueva vida, entonces Dios, crea un nuevo espíritu en mí, soy nacido de Dios, soy hecho su hijo por nacimiento(Jn 3:3, 1 Ped 1:23), esto, mis hermanos, no es simplemente algo bonito para decir, no, es literalmente, nacemos de Dios en el momento de ser justificados ante Dios.
Este nuevo espíritu que somos ahora, llega a ser el templo del Espíritu Santo(Ef 3:17), que viene a habitar en nosotros, el Espíritu de Dios viene a habitar en nuestro nuevo espíritu, no era posible antes, puesto que estábamos muertos para Dios, a causa del pecado.
La Palabra de Dios, mis hermanos, ha tenido un papel fundamental en esto, por medio de escuchar con fe, a la Palabra, recibimos sus Palabras y se produce el milagro del nuevo nacimiento. La Palabra, recordemos, es como una espada de dos filos(Hech 4:12), que penetra hasta dividir el alma y el espíritu, eso es exactamente lo que hace, cuando una persona empieza a creer las palabras de Dios, la espada del Espíritu, empieza a separar el alma y el espíritu, que en el no creyente, están unidos y apartados de Dios, además de ser gobernados por los deseos de la carne y del alma(Rom 13:14, Ef 2:3).
Como ya lo vimos, en el nacido de nuevo, el nuevo espíritu, está ahora separado del alma, como era al principio, y el espíritu es santo, nacido de Dios. Es en este momento que el Espíritu Santo debe empezar a guiar la persona completa, espíritu, alma y cuerpo, como lo dice la escritura, ser guiadas por el Espíritu(Rom 8:1), y puesto que en nuestro espíritu ahora habita el Espíritu de Dios, deberíamos tener una vida Santa y sin mancha.
Pero hay un pequeño problema: El Alma y el cuerpo no han sido santificados, el nuevo creyente tiene un nuevo espíritu, en donde habita el Espíritu de Dios, pero su alma y su mente son las mismas de antes, y de esto es lo que nos habla romanos capítulos 6,7,8, esta es la lucha que todos hemos tenido, sobre todo de recién convertidos, que amamos a Dios, queremos servirle, en nuestro corazón, nuestro espíritu dice SÍ, pero nuestra mente y nuestra alma están acostumbradas a pecar y quieren seguir pecando. Antes la dirección la llevaba el alma y el cuerpo, a través de los deseos de la carne y del alma, pero ahora un nuevo integrante llega al terreno de juego, el nuevo espíritu y dentro de él, el Espíritu de Dios. Y se produce una batalla campal, por quien lleva la dirección, uno quiere alabar a Dios, pero los otros quieren satisfacer sus deseos. Entonces, mis hermanos, comienza lo que se llama la Santificación(2 Cor 7:1, 1 Ts 4:3,7), la Santificación del alma y la renovación de la mente(Ef 4:23), y este proceso posiblemente dure el resto de nuestros días.
La Palabra nos enseña que debemos crucificar nuestros deseos del alma(Rom 6:6, Gal 2:20, Gal 5:24), y renovar nuestra mente, con la Palabra de Dios, para poder seguir con éxito en nuestro caminar en Cristo. Diariamente debo crucificar mi antiguo yo, mi viejo hombre, dejarlo en la cruz, y debo renovar mis pensamientos con la Palabra de Dios, y a medida que avanzo en este caminar, empieza poco a poco a reflejarse cada vez más Cristo en mí. Recordemos que dentro de nosotros, ya somos hijos de Dios, ya somos de su naturaleza, de Él, pero externamente todavía no se puede ver, sino a medida que empezamos a ser santificados su semejanza sé vera reflejada en nosotros.
La Santificación no es un proceso de obras, porque en el Reino de Dios, todo se hace por fe, la Santificación se hace también por fe, como dice Pablo, nos vamos mirando en el espejo que es él, y empezamos a renunciar y a crucificar todo lo antiguo, para dar cabida a todo lo nuevo. Esto debe hacerse por fe, no por esfuerzo, porque o si no le estás dando alimento a tu viejo hombre. Llega el momento, hermanos, en que reconocemos que todo yo, debería morir, en que nos vemos justamente llevados a la cruz, completamente, con todas nuestras costumbres y formas de pensar, en donde todos nuestros esfuerzos son inmundos, y todas mis palabras por demás, donde reconocemos que solo él debe vivir, y que yo no vivo, sino en él, que fuera de Cristo todo es pecado, aun lo mas sublime mío, es basura, y solo él lo abarca todo, y entonces empezamos a explorar la anchura, la altura, lo alto y lo profundo de su amor que lo abarca todo.
Ahora, quiero volver a mi razonamiento del principio, no significa que una persona pueda seguir con sus hábitos antiguos y decir: "Bueno, yo soy salvo por gracia, así que puedo continuar haciendo mis pecados antiguos", NO, pero eres salvo primero, y luego debes por medio de la fe, empezar la transformación de tu vida, de tus pensamientos, de tus deseos, para esto tenemos un ayudador, el Espíritu de Verdad, y llegara un día en que ya serás completamente diferente del antiguo que eras, pero no por tu esfuerzo, sino por la fe en Jesús, el Cristo.
No los aburro más con mis razonamientos, pero espero haber dado algo de claridad al tema. Bendiciones y Paz, el Señor es nuestra PAZ. Amen.
Henry Padilla Londoño