martes, 25 de mayo de 2010

El mayor amor.

Pedro el Sembrador
No mires lo que ellos ven,
No escuches sus palabras,
Come lo que te doy,
Y lleva mis palabras.

Sus palabras traen muerte,
Soledad, enfermedad,
Mis Palabras traen vida,
Y vida en abundancia.

¿Y quiénes son ellos?, Señor,
¿Por qué se atreven a dañar?
¿Son acaso los enemigos,
que tenemos que acabar?

No, ellos son tus hermanos,
Que tú tienes que llamar,
Ellos son como tú,
Y necesitan venir,
Para ser limpiados.

Pero no los puedes escuchar,
Mientras no sean limpiados,
Porque el mal abrazan,
Y por el mal son guiados.

Veo, que caminan por un desfiladero,
Veo, que son tirados a una oscuridad,
Veo, que lloran en silencio,
Dolor, rabia, ansiedad.

Veo un ser malo,
Que ríe y disfruta con su dolor,
Veo que no pueden,
Por más que luchen, escapar.

Veo niños abortados,
Veo niñas que son vendidas,
Por un video juego,
Veo jóvenes matando,
Y otros torturando,
Cuando acabara esta visión.

Tienes que verlo,
Porque a ellos vas,
Tienes que ir,
Decirles que Yo pagué por sus pecados,
Diles que les amo,
Que la única salida es mi Hijo.

No calles, habla en alta voz,
Que todos te escuchen,
Porque algunos de ellos oirán,
Y escaparan.

Muéstrales el camino,
Cuida de los míos,
Por ellos he muerto,
Por ellos y por ti,
¿Me amas?

Ve, y diles que aún hay tiempo,
Jesús, solo ÉL es el camino,
En Jesús encontraran esa puerta,
Que tanto han buscado,
Esa puerta de salida.

Señor, ¿y si no me escucharan, y si me atacaran?
No iras solo, mi pequeño,
Yo iré contigo,
Cuando tú hables, yo hablaré,
En mi mano te tengo,
Nadie podrá arrebatarte de ahí.

No hay mayor amor,
Que uno ponga la vida por sus amigos.
¿Iras?

Henry Padilla Londoño

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